domingo, 8 de agosto de 2010

Mantequilla fácil de untar.

Traten otros del gobierno
del Mundo y sus monarquías
mientras gobiernan mis días
mantequillas y pan tierno
(...)
Góngora lo tenía claro. Sería porque entonces no existían todavía las infames mantequillas fáciles de untar que, al parecer están causando furor entre el consumidor español sin criterio. Y digo sin criterio y digo bien. Porque lo que está comprando es un grosero sucedáneo compuesto por mantequilla en un porcentaje variable, y nata o, incluso, aceites vegetales de distinto pelaje hasta completar la fórmula (más los respectivos conservantes, aromatizantes, estabilizantes, etc). Su sabor es, por supuesto, mucho peor que el de la mantequilla de verdad, y su textura "suave y aterciopelada" es hasta desagradable.

Y por si esto fuera poco su precio es mayor, lo que no es de recibo para un vil sucedáneo. Quizás por esto todas las firmas se han lanzado a poner en el mercado su propia mantequilla fácil de untar. Y esto es intolerable, especialmente para marcas que hacen gala de la calidad de sus productos y por ello, los venden a un precio superior al de otros competidores. Es el caso de la Central Lechera Asturiana, que, remedando un envase de ketchup, ha puesto en el mercado con gran boato su MFU, a la que ha llamado, además, "botequilla". Asquerosa. ¿Alguien se imagina a Loewe haciendo y publicitando carteras de polipiel o, sencillamente, plástico? ¿Y a Lindt pregonando las excelencias del sucedáneo de chocolate? Pues no. ¿Ésa es la imagen de marca que quiere CLAs, la de una empresa que pone en el mercado productos de segundas o terceras calidades? Y lo mismo puede decirse de otras industrias que presumen de pedigrí. Alguien debería poner en la calle al brillante ejecutivo que ha decidido que su empresa se lance a competir con la escoria de la industria alimentaria.

El otro día fui al Carrefour Market (antes express) de Conde de Peñalver (Madrid) y en la nevera de las mantequillas pude comprobar con sorpresa y desagrado que todas ellas eran MFU, salvo una mantequilla holandesa que fue la que, por supuesto, compré. No había alternativa. Comprendo que la marca blanca de Carrefour opte por la MFU y abandone la mantequilla normal, se trata sólo de ofrecer un mejor precio al cliente. Pero ¿y las demás? ¿les conviene igualarse por abajo a las marcas blancas?

Pero la culpa, como siempre en estos casos, es del consumidor, que llega al estante del súper y echa a la cesta lo que pongan por delante. Que podamos seguir disfrutando de nuestro desayuno como hacía Góngora (y seguramente también Quevedo) está en nuestras manos. No les permitamos que nos engañen con esto. La mantequilla de verdad o pan con aceite (que éste sí que es fácil de untar). NO COMPRÉIS MIERDAS.

3 comentarios:

  1. No quisiera revivir luchas de siglos pretéritos, pero el autor de la letrilla es Góngora, no Quevedo

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  2. Me guataria saber que narices lleva la mantequilla fácil de untar. Os cuento lo que he descubierto, y me ha horrorizado.
    Puse a fundir chocolate y le añadi MFU, cual fue ni sorpresa cuando vi que el chocolate en lugar de fundir se volvia goma, como chicle, vaya, y ya no hay forma de fundirlo, ni dejandolo 20 minutos al baño maria. Era solo una tableta, que en condiciones normales funde en menos de 5 minutos

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  3. Compramos una y doy fe de que es horrible, tanto en textura como en sabor. Si untas el pan para luego tostarlo, ¡¡se pega a la sartén!! Si untas tras tostar el pan, no se deshace bien, queda como con grumos.

    Una mierda, vaya.

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